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‘Primera Dosis’, el cassette que levantó los cimientos del rock subterráneo cumple 40 años con Narcosis

today20 de agosto de 2025 14 18

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No es común que un cassette grabado en condiciones precarias termine convertido en un documento cultural que trascienda generaciones enteras. Sin embargo, Primera Dosis de Narcosis lo logró. A cuarenta años de su aparición, sigue siendo el punto de referencia para entender el nacimiento del punk en el Perú y, más aún, la chispa que encendió al movimiento subterráneo, esa corriente que en los ochenta levantó un grito visceral frente a un país en crisis, con violencia, apagones y un futuro incierto. Hablar de este cassette es hablar de un acto fundacional: la creación de una actitud que cuestionaba todo, desde la política hasta la propia escena musical limeña.

La relevancia de Primera Dosis trasciende lo musical. Su sonido desbordado transmitía energía cruda, sin aspirar a pulcritud ni respaldos externos, pero lo que terminó marcando una diferencia histórica fue la ética de autogestión que lo envolvió. Sin sellos ni estudios profesionales, sin apoyo mediático ni industria detrás, aquel cassette fue el reflejo más genuino de lo que significaba crear por necesidad vital. Esa postura moldeó a decenas de bandas que aparecieron después, desde Eutanasia hasta Voz Propia, pasando por proyectos actuales como Morbo. Primera Dosis demostró que la música podía nacer en cualquier barrio de Lima y expandirse.

Volver sobre aquel trabajo obliga a reconocer que sin Narcosis el rock subterráneo habría tenido un rostro distinto. Ese movimiento se alimentó de la crudeza de Primera Dosis y la convirtió en identidad. Conciertos improvisados en casas, grabaciones en condiciones mínimas, flyers hechos a mano y una red de intercambio artesanal formaron la base de una comunidad que supo resistir tiempos de aislamiento y violencia. Canciones como “Sucio Policía” o “Represión” funcionaron como himnos involuntarios de inconformidad y ofrecieron un espejo a una juventud que no encontraba referentes en los escaparates del rock internacional.

Que hoy, en pleno 2025, se siga hablando de Primera Dosis con respeto y admiración confirma su estatus de clásico, aunque suene extraño aplicar esa etiqueta a un cassette grabado de forma tan rudimentaria. Pero ese es justamente el punto: el valor de este trabajo no se mide por producción o técnica, sino por el efecto multiplicador que tuvo en la música peruana. Sin Narcosis y sin ese cassette, la noción misma de un “rock subterráneo” quizá nunca habría existido con la misma fuerza. Cada acorde mal grabado, cada grito sin pulir, se transformó en cimiento de una contracultura que aún hoy sigue siendo estudiada, reinterpretada y celebrada.

Cuarenta años después, Primera Dosis sigue sonando como un espejo roto que refleja las grietas de un país y las ansias de rebelión de una juventud que se negó a guardar silencio. El hecho de que se vuelva a tocar en un escenario emblemático, con bandas que heredaron y resignificaron su espíritu, es más que un homenaje. Recuerda, la celebración del rock subterráneo será este sábado 30 de agosto en el Teatro Leguía. Junto a Narcosis estarán Morbo, Voz Propia y Montaña repasando también varios clásicos del rock subte. Atrapa tus entradas en este enlace.

Escucha Primera Dosis aquí:

Escrito por Plácido Galindo

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