Cuando la electricidad se convierte en susurro: Álvaro Florez estrena «Como todos los demás»

Álvaro Florez comienza su historia ligado a las guitarras amplificadas y a los ensayos escolares donde el rock juvenil le marcó el pulso de sus primeros pasos. Esa energía inicial le dio herramientas para comprender la dinámica de una banda, la convivencia con otros músicos y la fuerza de lo colectivo. Sin embargo, con el tiempo, la necesidad de exponer emociones más íntimas lo llevó a replantear su manera de componer. Ese cambio se hace evidente en Rather is my head, su segundo EP publicado en 2024, en el que abandona la electricidad de Alone para instalarse en un terreno acústico y más introspectivo.

El sencillo Como todos los demás es quizá la mejor muestra de ese tránsito. La canción fluye con una sencillez que contrasta con los inicios de Florez en escenarios pequeños, cuando buscaba intensidad y volumen. Ahora la apuesta se dirige hacia un registro más cercano, donde la voz se convierte en el centro y las guitarras sirven de soporte, sin imponerse. Ese desplazamiento no responde a una moda pasajera, sino a la exploración de un lenguaje propio que le permita hablar de manera honesta sobre sus inquietudes y vulnerabilidades.

El contraste entre sus dos primeros EPs no funciona como una ruptura, sino como una evolución natural. La electricidad de Alone le otorgó una base sobre la cual experimentar, mientras que Rather is my head abre la puerta a un universo personal que todavía está en construcción. La aparente sencillez de sus nuevas canciones encierra un trabajo de depuración, una búsqueda por quedarse únicamente con lo esencial para comunicar. Es en ese minimalismo donde se intuye la madurez de un proyecto que recién empieza a dar sus primeros pasos.

Escuchar Como todos los demás es percibir a un artista que se aleja del ruido juvenil para dejar espacio a la reflexión. Ese tránsito revela no solo una transformación en su manera de hacer música, también un crecimiento personal que se refleja en cada acorde rasgueado y en cada frase cantada. Álvaro Florez parece encontrarse en un punto de inflexión, y esa condición de tránsito es lo que hace que su presente sea tan interesante de seguir.

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