El rock no se extingue. Solo se cansa. Se agota de tener que demostrar su relevancia cada cinco minutos, de competir con playlists y métricas. Pero a veces despierta. No con escándalo, sino con memoria. Eso es Despertar, el nuevo EP de 3 Yardas, un recordatorio físico de todo lo que el ruido contenía cuando era refugio y no decoración. No suena a plan ni a comeback. Suena a cuerpo. A ese impulso que, aunque lo ignores, vuelve a doler si lo tocás en el punto exacto.
3 Yardas no maquilló el tiempo. No le puso photoshop a su ausencia. En lugar de una vuelta triunfal, nos entregan un disco que transpira desgaste, con tracks que se arrastran entre el grunge y el rock alternativo con la precisión que sólo da haberlo tocado en escenarios reales, durante años. Franco canta como quien se habla a sí mismo. Giancarlo y Jonathan alternan agresión y pausa con ese tipo de código que sólo sobrevive si el vínculo entre músicos sigue siendo real. Y Diego, el más reciente en entrar, no desentona: entiende que esto no se trata de lucirse, sino de resistir.
Despertar está lleno de heridas sin coser, de letras que no terminan de cerrar, de estructuras que parecen estarse cayendo mientras se tocan. Y eso es lo que lo salva. Mientras tantos EPs actuales se obsesionan con sonar limpios y útiles, este se anima a decir lo que no sirve para curar. Canciones como “Afuera” o “Desiguales” no contienen respuestas. Apenas preguntas. Pero son preguntas dichas en voz alta, sin vergüenza. De esas que uno necesita escuchar cuando ya no sabe qué más probar para sentir algo.
Y entonces el cuerpo recuerda. No lo que fuiste, ni lo que perdiste. Sino que hay una parte de vos que no se domesticó, que aún se resiste. Que quiere ruido, porque el silencio ya no lo protege. 3 Yardas no regresa para explicarse. Regresa porque no pudieron callarse más. Y en este mundo anestesiado, esa sola decisión ya es suficiente.
Escúchalo completo en Spotify:
Comentarios de las entradas (0)